De nuevo toca hablar del ADN franquista de nuestros próceres socialistas. Ya es algo habitual. Sin embargo, no deja de resultar curioso que algunos de los líderes más importantes del PSOE insistan en su lucha contra el franquismo -reinventando el pasado- cuando lo cierto es que quienes eran franquistas eran sus padres y quienes vivieron protegidos por el régimen, la larga dictadura de un militar, fueron ellos. Sí, los socialistas de hoy son los niños y jóvenes privilegiados de Franco. O sea, son enemigos de sí mismos (de hacer caso a lo que ahora nos dicen). Odian a sus padres y todo lo que sus padres representan. Se odian a sí mismos: por fascistas, fachas, falangistas. (Comprendemos que con esos mimbres tenga que doler mirarse en el espejo.)
Pero seamos más concretos. A Griñán, en un mitin, se le ocurrió decir que "Nosotros, los socialistas, los que hemos sufrido la represión de la dictadura, no podemos permitir que la derecha gobierne en Andalucía". Hace años, Manuel Chaves, en otro mitin, afirmó que "Tenemos que ganar el próximo 9 de marzo porque se lo debemos a nuestros padres y a nuestros abuelos, que lo pasaron muy mal durante el franquismo". Para terminar, recuerden al cazador cazado -en la misma cacería que el inefable Garzón- Mariano Bermejo: "Tuvimos que luchar contra los padres y ahora tenemos que luchar contra los hijos".
Qué podemos decir. Nuestro asombro no tiene fin. Sólo nos queda exclamar a coro con el conde de Romanones: "Joder, qué tropa". El padre de Griñán fue oficial de la Casa Militar de Su Excelencia el Jefe del Estado (Franco) y en su boda firmaron como testigos militares de Franco y hasta un marqués. El padre de Chaves fue un militar de alta graduación condecorado por Franco y su madre, hija de militar franquista, lució camisa azul, yugo, flechas y correajes y fue jefa de Falange. En cuanto al padre del cazador y exministro socialista de Justicia también fue jefe de Falange.
Por eso no se entienden las frecuentes declaraciones de los socialistas (esa constante reinvención del pasado; ese proyectar sobre nosotros lo que son ellos). Lean, incrédulos, un fragmento del artículo de Peces Barba titulado Reproche a los madrileños indignados
No hicimos los socialistas ni la Transición ni la Constitución con el Rey, con Adolfo Suárez y su UCD, con los nacionalistas más integradores para facilitar el acceso al Gobierno a los antiguos franquistas
Sin duda, debe de haber un error en el texto del señor Peces Barba. Precisamente, encomendándose a Lampedusa, los socialistas, por lo que parece, ayudaron a construir la democracia para seguir siendo parte integrante de la élite del poder. Para que sus hijos sean como fueron ellos: los niños y jóvenes privilegiados del régimen.
nota a pie de página: Andalucía lleva décadas gobernada por líderes con ADN franquista aunque por un tiempo camuflados bajo la bandera roja, la hoz y el martillo (ahora, mejor, la republicana, la bandera que sus padres desgarraron y vencieron). Lampedusiano: cambiar todo para que nada cambie. (Lo más doloroso, con cierto tinte desopilante y no exento de paradoja, es tener que soportar que nos llamen, precisamente a nosotros, franquistas cuando lo único que obtuvimos de Franco, en el supuesto más generoso, fue un saludo desde un balcón -siempre y cuando estuviéramos entre la multitud curiosa que acudió a ver en persona al dictador-.)
segunda nota a pie de página: sí, lampedusiano pero con un toque de farsa, un toque berlanguiano. El padre de Juan Luis Cebrián, director del periódico franquista Arriba (al servicio de Falange Española). El hijo, "apadrinado" primero por Emilio Romero y Pío Cabanillas y luego por Fraga, director del periódico socialista El País tras ser en primer lugar redactor jefe y subdirector de Pueblo, periódico del Movimiento, y más tarde director de informativos de la RTVE de Franco. (¿Alguien puede presentar unas credenciales más típicamente progres?)
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