domingo, 30 de septiembre de 2012

A LOS NACIDOS DESPUES DEL 78.



En aquellas estupenda EPOCA FELIPISTA de la Expo 92 en cenas madrileñas alguien preguntaba: vamos a abrir tienda en Sevilla, ¿a quién conocemos allí? y otro alguien contestaba: no problem, Borjamari está en el califato para hablar con Manolo (Cháves), el hijo del coronel Cháves y Afri, jefa de la Sección Femenina, pero también tiene cita con un tal Pepe (Griñán), que también manda, hijo de Octaviano, oficial de la guardia de Franco y sobrino de aquel falangista presidente de la Diputación de Madrid. Todo muy bien organizado, hasta tienen un despacho oficial de la Delegación del Gobierno en Andalucía para cobrar sobornos, que dirige el hermano del vicepresidente Guerra. La España de las oportunidades, decían, que alcanzó su cumbre en la Expo 92 que se inventó Manuel Prado y Colón de Carvajal, donde llegó a acuñarse el “pellón” (mil millones) como unidad de medida universal del trinque, en honor al presidente ejecutivo de la sociedad Estatal, Jacinto Pellón, que se incorporó al proyecto en enero del 87, fue investigado durante diete años por el juez Garzón con gran aparato mediático y terminó como casi todas las instrucciones del juez estrella, en nada.

La España de los cuñados

Pellón era conocido por el escándalo de la urbanización Costa Doñana, donde recalificaba terrenos junto al cuñado de Felipe González. Era la España del pelotazo, la época de mayor esplendor para buscavidas, cuando nuestro país salía en los papeles internacionales como el mayor chollo para hacerse rico rápidamente.

De aquel ambiente salió gente como Rubalcaba, Cebrián o los Albertos, del Colegio del Pilar, igual que Juan Abelló, dueño de Laboratorios Abelló y una de las mayores fortunas del país, que junto a un  Mario Conde lograrían hacerse dueños de Banesto. Actualmente, entre otras muchas cosas, Abelló es uno de los dueños de La Sexta, porque siempre es productivo dar alpiste al populacho.

Eran los coletazos finales de los 80. La derecha ni siquiera existía en España. El mismo año en que Mario Conde es nombrado presidente de Banesto, 1987, un irrelevante Hernández Mancha era proclamado presidente de Alianza Popular. Felipe González se aliaba con Jesús Polanco y Juanluis Cebrián para destruir el guerrismo en su partido, la única oposición real. Felipe, agradecido, les regaló la cadena SER y Canal Plus. Pero una sombra incomodaba al felipismo… A3 Radio iba de independiente, y se había situado como la primera emisora en audiencia, mientras que su hermana televisiva comenzaba a atraer demasiada atención con unos telediarios que no se plegaban a las directrices de régimen. Es verdad que estaba la COPE, con los Protagonistas de Luis del Olmo, pero quienes se empeñaban en no aceptar una dictadura a la mejicana eran los revoltosos de A3: Manuel Martín Ferrand dirigiendo, Antonio Herrero El Primero de la Mañana, y Butanito incendiando las ondas por las noches. Para rematar, el telediario de A3 TV en manos de Luis Herrero.

No había internet, resultaba bastante sencillo eliminar los medios críticos. Echaron a Pablo Sebastián y cerraron El Independiente.  Igual que Pedrojota Ramírez, al que inmediatamente después de publicar los escándalos del GAL echaron de Diario 16.

Terminando el año 1989 nacía el Partido Popular e incorporaba un nuevo líder, José María Aznar. Ganó las elecciones González, otra vez, y se desató la mayor batalla mediática para acabar con cualquier posibilidad de la derecha. En aquella operación orquestada por González y Polanco, la pieza clave era colocar una alternativa aparente en la derecha que truncara cualquier aspiración de gobierno o, al menos, que fuera una derecha domesticada al servicio de los de siempre: Mario Conde.

El banquero  la propuesta le vino de perlas. Tú haces de monigote a nuestro servicio, y nosotros, gobierno y PRISA, miramos para otro lado sobre tus chanchullos. González pactó con los editores, Polanco, Asensio y Godó, para lanzar a Mario Conde, operación que se inició con el antenicidio en mayo de 1992. Era imprescindible aniquilar cualquier opción crítica en los medios, había que destruir A3. Jesús Polanco se quedó con A3 Radio y Mario Conde con A3 Televisión.
Echaron a todo discrepante. Los primeros en caer fueron Antonio Herrero del Primero de la Mañana y Luis Herrero del telediario. Antes de un año Polanco cerró A3 Radio, la emisora de mayor audiencia en España, mientras que Conde puso A3 TV en manos de Antonio Asensio, ayudado por el comisario político Manuel Campo Vidal para realizar una purga completa.

Se acabó. En la época de la más fabulosa corrupción que pueda imaginarse, no había ni un solo medio generalista crítico con el gobierno. Felipe González volvió a ganar las elecciones de 1993. Gracias Mario Conde. Pero el PSOE no sabe de agradecimientos.
Cien años de honradez y ni uno más. El mismo año que Felipe González ganó sus últimas elecciones, 1993, traicionaron al banquero y estalló el caso Banesto. Cumplida su misión como caballo de Troya en la derecha, Conde dejó de ser útil. No sería hasta 1996, y por los pelos, que la derecha daría una alternativa a la edad oscura del felipismo. 

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