domingo, 21 de abril de 2013

ALIANZA DE CIVILIZACIONES. J. Cabeza.

Hace poco una periodista progre francesa decía: “son terroristas y punto. El islán es otra cosa”. 

Existen hombres bombas (a veces son mujeres y otras niños) o se hacen saltar en sus coches bombas…Eso no se explica si no se tiene en cuenta el portentoso fanatismo religioso. Es el sello del terrorismo islámico. 

Alemania vive aun hoy un gigantesco trauma debido a su pasado nazi y no solo por sus crímenes, sus guerras, sus campos de concentración, si no por el masivo apoyo popular con el que conto el régimen Nacionalsocialista durante unos diez años (1933-1943). 

En contra de lo que muchos escriben o dicen, ese apoyo no se debía a las hazañas criminales de los nazis, si no que el régimen Nacionalsocialista había logrado tres éxitos: económico, la liquidación del paro y la inflación. Otro en materia de orden público y después de que la Internacional Comunista hubiera intentado repetir en Alemania la revolución bolchevique del 1917, creando para ello una serie de motines, insurrecciones armadas y otros conflictos que habían terminado por asustar y exasperar a muchos alemanes, (desde luego, esas intentonas golpistas ya habían fracasado en 1933, pero los nazis lograron presentarse como los únicos que impedirían la vuelta de tales disturbios). Y uno de índole nacional, pues explotaron la humillación de la derrota en la gran guerra y prometieron liquidar el inicio del Tratado de Versalles. 

Con semejantes éxitos, los alemanes (y esto sí que es repugnante, pero no exclusivo de los alemanes), aceptaron cerrar los ojos ante las dramáticas medidas de la liquidación de las libertades democráticas, la presencia de los judíos y la apertura de los campos de concentración. No nos olvidemos del miedo, se tenía miedo a los nazis, como se tuvo miedo a los comunistas y se tiene miedo ahora al Islán radical. 

Hoy los alemanes no olvidan, sienten culpa, pero también saben que han dejado de rasgarse las vestiduras. 

En cambio, en los países comunistas, como Rusia, China o Corea del norte y Cuba, ni rasgado las vestiduras ni remordimientos, dado que los retratos de Mao, Stalin, Lenin, presiden todos los despachos y actos…incluso en España todas las sedes comunistas presiden estos retratos. 

Pero volvamos al Islán. Ni todos los musulmanes son terroristas, ni todos los terroristas son musulmanes. Bien, ¿y qué? En España, tenemos apología del terrorismo etarra en el mismo congreso de los diputados con Bildu, pero si es muy difícil ver en el gigantesco mundo árabe-musulmán, quienes son terroristas, quienes les apoyan, quienes les aplauden y quienes por el contrario lamentan el terrorismo o lo combaten. 

Ahmadineyad puede decir y hacer cualquier barbaridad y si algunos le critican, muchos por no decir todos, le toleran. 

Porque tiene petróleo y porque es musulmán, a Irán se le considera un país importante y los zapateritas lo cubrieron con el manto de la “ Alianza de las Civilizaciones” ¡ojo¡, lo mismo ocurrió con Hitler y Stalin. 

Esta ceguera, cuando no complicidad, ante el totalitarismo islámico se viste de buenos sentimientos y de principios democráticos, de tolerancia e igualdad. Amplios sectores de la izquierda europea y no solo europea, muchos de la izquierda española, cuando admiten que el Islán tiene aspectos “oscurantistas”, enseguida sacan a la Iglesia Católica y la Inquisición de hace siglos. 

Lo que en la práctica ocurre siempre es que la bienvenida e indiscutible libertad de expresión, que incluye el derecho a blasfemar, hace lustros que se ejerce libremente en relación con la religión Católica, o con la Protestante, o con la Budista, pero está absolutamente prohibido, so pena de muerte, en relación al Corán. Y eso para los musulmanes, pero ¿Por qué para los no musulmanes? Son abundantísimas las guerras inspiradas en el Corán, como crímenes, atentados y suicidios, ( aunque muchas veces también sirven para la conquista del poder). 

Reino Unido, fue modelo de tolerancia democrática y de libertad de expresión hasta el 2005, cuando unos terroristas islámicos asesinaron en Londres a 56 personas y 700 heridos. Previamente en la mezquita de Fiusbury Park, el imán Abu Hamza, exigía todos los viernes , con toda libertad, el degollamiento de los infieles y la destrucción de Occidente, proclamas semejantes se oían y se oyen en todas las mezquitas. Las autoridades británicas reaccionaron, con medidas de seguridad. 

Hay quienes aseguran que el Corán ha sustituido a “El Capital” como libro de cabecera de la extrema izquierda anti mundialista. 

En cuanto a España, los autores de los atentados de Atocha, quienes fueran, han triunfado, ni los gobiernos, ni los medios, los partidos, las ONG, todos salvo la mayoría de los españoles, (un detalle) se han rendido ante el califa. Como se han rendido ante Eta. 

En vez de buscar alianzas imposibles deberíamos solidarizarnos con todos los que rechazan el terrorismo y el fanatismo. 

Estamos en una situación, que en ciertos aspecto, recuerda la lucha contra el totalitarismo comunista: en vez de mimar Jruschov, Breznev, y no hablemos de Stalin, Lenin. Había que solidarizarse con lo que representaba Soljenistsyn, Sajarov, o Solidarnosc, o Havel etc. Se hizo pero tardíamente e insuficiente. No cometamos el mismo error, no caigamos en la trampa traicionera de la Alianza de Civilizaciones…Esto, que llaman “progresismo” está acabando con todos los valores Occidentales, de siglos y siglos, mas nos valdría un posicionamiento en favor de nuestra cultura real, no la que algunos nos quieren imponer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario