lunes, 30 de enero de 2012

ALDEBARAN 22

¿QUIEREN MEMORIA? PUES TENGÁNOSLA.

J. Cabeza.

No estamos en el 77, recién finiquitada la dictadura, ni el 82, cuando el PSOE llegó al poder y tuvo 13 largos años para hablar. Supongo que tuvieron en cuenta mirar en el armario, por si había algún esqueleto franquista que les pudiera dar un susto. Porque nada impediría en la desfranquización que los altos cargos tuvieran que presentar un pedigrí impecable y disculparse por los beneficios que le reportó ser hijo o nieto de franquista. Pudiera haberse visto escenas de perdón y desagravio como en cualquier “comisión de la verdad” que se aprecie.

Hace días murió Fraga, y la prensa de izquierda, sobre todo “Público”, rezuma odio, revancha y hasta yo diría que incultura, cuando algunos columnistas se preguntan ¿cómo es posible que un ministro de Franco sea Padre de la Constitución?

Yo diría que esa es la grandeza del aperturismo. Como ver a Carrillo de aquí para allá homenajeado; aquí por ejemplo se demuestra el talante demócrata de quienes hemos hecho la transición.

¿Hay que preparar certificados de buenos y malos? Vayan preparando las izquierdas sus certificados de limpieza. Que la izquierda recurra a estos revivales del pasado,  indica que subyacen razones más profundas.

La República y la Guerra, en versión de la izquierda, ha sido una de sus principales fuentes de legitimidad política y moral: les permite aparecer como defensora de la democracia y víctima del franquismo y ese falso pasado, que le hizo llegar con prestigio a la transición.

Hoy la izquierda, necesita reinventar una derecha autoritaria y antidemócrata, la vincula una y otra vez al franquismo, régimen al que no reconocen que los aperturistas se hicieron el harakiri.

La izquierda está acostumbrada a construir su legitimidad sobre la deslegitimación de la derecha, lo que la lleva, en esta democracia como en la república, a considerarse la única con verdadero derecho a gobernar.

Si esto de las fosas no fuera hijo del oportunismo y del sectarismo, cabría un debate serio acerca del pasado y las virtudes terapéuticas de la verdad. Cuando ha pasado tanto tiempo, debería ser posible hablar con franqueza e ir desechando las mentiras. Pero si uno de los bandos se nutre de un pasado falsificado y lo alimenta para basar en él su estrategia presente, asistimos al peligro del desentierro del odio. Desde hace años les interesa mantener la Guerra Civil operativa en el escenario político, puesto que extraen de su interpretación de lo sucedido tanta legitimación para ellos como deslegitimación para la derecha. Pero hay otra ventaja coyuntural: les permite “sanar” el daño provocado por la larga estancia en el poder, los abusos cometidos en esos trece años de gobierno y ahora en  estos últimos siete años, fracturaron la confianza en la izquierda. Darle nuevo lustre a su “pasado glorioso”, es un modo de recuperar prestigio.

Fue en el primer gobierno del PP cuando empezó a tomar fuerza el movimiento por la recuperación de la Memoria Histórica promoviendo la excavación de fosas (que bien podían haberlo hecho con trece años en el poder). También fue cobrando vigor la tesis de que la transición había sido de amnesia. La revitalización del tema adquiere para la izquierda como parte de una estrategia para la recuperación del poder y es por lo que la guerra regresa al primer plano de la escena, PSOE ,IU y ERC apostó por exacerbar la polarización, dividiendo el campo entre “buenos y malos”. De momento, eso ha permitido que minorías agresivas, hasta ahora, sólo de izquierdas, puedan marcar el clima político.

Si uno repasa las listas de candidatos sean en generales, en municipales o autonómicas, descubre que en las listas del PP, suele haber más personas procedentes de las clases populares que  en el PSOE: pequeños empresarios, comerciantes, profesores y profesionales de prestigio; es un patrón que se repite al comparar unas y otras. La sociedad ha cambiado.

Carrillo fue muy listo en la transición, preconizaba la reconciliación, aceptaba la bandera española y al Rey. Sabía que el reguero de sangre que había dejado tanto él como sus camaradas, desde las Checas hasta Paracuellos pasando por la aniquilación del POUM, sus víctimas se cuentan por miles, de derechas e izquierdas. Hay un libro muy interesante de Abad de Santillana titulado “por qué perdimos la guerra”.

El PCE promovió la reconciliación consciente de que desenterrar a los muertos tenía sus peligros. Hoy sus cachorros (en IU) se unen al PSOE para remover fosas como diciendo  que todavía hay cuentas que saldar. Lo malo, para ellos, es que hay muchas que les corresponden, pero algunos ignoran (o hacen que ignoran) hasta su propia historia, y siguen en el empeño, a lo que se aferran un tropel de políticos de izquierdas interesados, historiadores politizados y personal cautivo de la ignorancia voluntaria, ¡tanto les va en ello! Se diría, que desprovistos de esa historieta “de buenos y malos”, la izquierda no podría levantar cabeza. Son los que ahora se expiden carné de luchadores contra la dictadura y ven expuestas sus falsedades.

Estamos ante la falsificación radical, evidente a poco que se reflexione, consiste en la pretensión de que la república y el frente popular representaban la democracia. Un somero repaso a dichos partidos permite entender la imposibilidad material del aserto.

El PSOE es y ha sido la guarida de los antiguos franquistas e hijos de.  ¿Verdad Sr. Bono, Bermejo, Fernández de la Vega, etc, etc…?

La crítica al capitalismo era el atractivo del marxismo, pero el PSOE no ha visto un libro de Marx ni por el forro, no dicen que la culpa sea del sistema, como sostenía Marx. Con el lujo que han ido gastando los dirigentes socialistas se diría que el relevo generacional les tocó a la pana y ahora no pueden vivir como no sea como los millonarios; se diría que todo está perdonado de antemano, y por tanto cínicamente permitido, el último ejemplo conocido es comprar coca con el fondo de los EREs en Andalucía. ¡¡¡ Y es que esnifarse una subvención es cosa de poco momento, comparado con el fondo de armario de Camps!!! ¡Señor,  para esto hemos hecho una transición! Nada hubiera sido posible, y no violento, si el pueblo español no hubiera optado masivamente en cada ocasión electoral por la reforma contra la ruptura, por la moderación contra el extremismo, por el porvenir contra el pasado.

Quiero terminar con una frase sobre Fraga: “fue de personalidad compleja y brusca, pero un político pragmático, bajo el franquismo se ganó su reputación de aperturista y reformista; en la transición desempeñó un papel histórico, integrando a la derecha en el régimen democrático. A Fraga le niegan los que aplauden a Carrillo. Pocos saben que fue fundador del periódico El País, Cebrían lo visitó en Londres, lo aduló y salió con la dirección del periódico asegurada. Tenía una cultura descomunal, sus adversarios acuñaron aquello de que Fraga tiene el Estado en la cabeza. Preparó e hizo más fácil el periodo de la transición, antes incluso de que Franco muriera”.

Durante la transición pidió entrevistarse varias veces con Felipe González, cenó por fin con él en un lujoso chalet de la familia Boyer. A fuerza de repetir Felipe, que Fraga representaba a los capitalistas, Fraga le hizo notar y respondió que él (Fraga), nunca llegaría a tener una casa como la del compañero Boyer. Fraga insistía en la reforma que implantase el principio de legitimidad democrática.

A su muerte se ha visto que se cumplió lo que predicaba.

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