lunes, 10 de octubre de 2011

Aldebarán 6

POLÍTICA: SÍ. DE ESTADO.



En las democracias, los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental: constituyen el lugar donde se produce el debate de ideas. Función esencial para hacer llegar a los ciudadanos la información y los razonamientos que les permitan formarse un criterio, aunque algunos prefieren estimular el adoctrinamiento, y por supuesto, no escuchan al discrepante, porque nada tiene que escuchar quien lee un libro que contiene toda la verdad.
Uno tiene la sensación de encontrarse en  países diferentes según el periódico que lea.
¿Están los medios politizados o los partidos mediatizados?
El viejo adagio periodístico según el cual los hechos son sagrados y las opiniones libres casi nunca se cumplen.
La representación es necesaria, pero no puede eliminar el texto que es lo que se pretende hoy. El marketing político no podrá sustituir a la política tal como esta se ha entendido desde Pericles.
Cuando en 1940 un hombre rechoncho y maduro con cara de bulldog prometió a los ciudadanos británicos: sangre, sudor y lágrimas, no estaba haciendo publicidad ni construyendo una imagen amable de sí mismo. Hacía política, política que sirvió para que la democracia sobreviviera en Europa.
La era zapateril ha innovado, echando mano de las más infalibles de las diferencias: la República, la Guerra Civil, tiempos históricos durante el cual las diferencias entre izquierdas y derechas o revolución y contrarrevolución fueron inmensas y llegaron al paroxismo trágico del enfrentamiento armado.
Los métodos y mensajes políticos dedicados al diferencialismo es durante las campañas electorales, en los mítines dedicados a calentar los cascos cuando constituyen la expresión más alta de esa dialéctica maniquea dedicada a demonizar al adversario y cuyo resumen se puede enunciar de la siguiente forma: ¡ si las próximas elecciones las ganan los contrarios, os sacarán los higadillos! Luego las ganan y los higadillos están en su sitio, pero eso no desanima a los sectarios.
Por otra parte el diferencialismo  forma parte ya del juego sabiéndo que, como ya cantó la Lupe en un famoso bolero “todo es puro teatro”. Al fin y al cabo, las diferencias políticas se han ido achicando bajo la atenta mirada de la Unión Europea. Convencer, ganar adectos, es un trabajo enojoso y no siempre obligado a argumentar ni siquiera ante sus propios militantes. Invaden los ánimos de las respectivas parroquias, que prefieren el yo, lo que digan los mios a formarse su propio juicio.
La política que ha dejado el zapaterismo es una apuesta peligrosa, representó un giro Copernico en la política, se abandonó el consenso en las Cortes, se agrede la transición donde se construyó una democracia sobre una política de diálogo y reconciliación.
Si cada cual, a la muerte de Franco, hubiera puesto encima de la mesa su verdad, es  posible que todos nos hubiésemos ido a hacer puñetas, dejando como única herencia el lamento por otra gran ocasión perdida.
La verdad resulta a veces puñetera,  pero es siempre insobornable, y reaparece una y otra vez entre el oleaje levantado por los mitos, leyendas, idealizando la segunda república para deslegitimar la transición, no estamos hablando del pasado, sino de la relación del presente con el pasado, es decir, del fundamento histórico de nuestro sistema democrático.
Conviene defender no sólo lo que se hizo en 1978 sino, sobre todo, lo que tenemos y lo que es más transcendental, lo que nos esperaría de prosperar las tesis deslegitimadoras de la transición.
Personalmente me gusta estudiar el pasado, con rigor histórico y esta memoria de la historia me produce un poco de desazón por su trastienda política no ajena al revanchismo y por su intención de reescribirla pasando por sus páginas una goma de borrar según conveniencia ideológica.
El origen de la legislación sobre la llamada Memoria se encuentra en una propuesta de Izquierda Unida. Hace tres décadas Jorge Semprún, que tenía buenos motivos para saberlo ya denunció “ la Memoria” al uso de los comunistas. En  su autobiografía de Federico Sánchez: la Memoria comunista es en verdad una desmemoria, Semprún era entonces dirigente clandestino del Partido Comunista de España (PCE).
Si este nuevo periódico me lo permite haré cada semana un rinconcito para nuestra historia porque la historia no se puede reescribir, ejemplos de esta intoxicada Memoria nos vende como un Régimen envidiable y ejemplar la II República, que tuvo 26 gobiernos en cinco años, el primero, el de Portela Valladares que duró quince días, así concitaba la confianza de los ciudadanos aquel Régimen, tan bien recibido y que tan pronto decepcionó, lo que hizo exclamar a Ortega y Gasset: ¡ No es esto , no es esto!
Otro ejemplo, entre las frases históricas de Largo Caballero, se cuentan muchas que resultan relevantes para una memoria sin sesgos  ni censuras. A veces muchos aceptan por desconocimiento y debido al machaqueo de la propaganda eso de la impecable historia democrática de la izquierda. Y no digamos del PCE con su pasado Estalinista. Pero la historia pone las cosas en su lugar. De momento citaré sólo unas del que fue llamado el Lenin Español: “si la izquierda es derrotada en las urnas, irá a la violencia” (Murcia 1933),”si triunfan las derechas tendremos que ir a la Guerra Civil” (Enero 1936), “cuando el frente popular se derrumbe, que se derrumbará, entonces estableceremos la dictadura del proletariado” (26 de Mayo de 1936).
Las citas serían interminables, pero no saquemos nada de contexto, si estas páginas nos dan ocasión porque son también memoria e historia. Largo Caballero continúa teniendo un monumento en el paseo de la Castellana (Madrid) cerca de otro de Indalecio Prieto y en Madrid,  Pablo Iglesias un busto y una avenida, como también Dolores IBarruri, bien, pero tratemos de ser ecuánimes. La historia es acumulativa, es una montaña de escombros y laureles que todos debemos de asumir nos guste o no, porque es ya eso: historia. Y fue como fue. Y si me lo permite este periódico llegaremos a estudiar también la transición, los personajes, las posturas, los partidos, cómo se fraguó todas sus historias, sus renuncias y sus propuestas, si llegamos hasta aquí será porque estas páginas me han hecho un hueco y entenderemos, os lo aseguro, mucho más el presente sabiendo situar  la historia en su sitio.
He comprobado que las mejores fuentes están en los documentos, en las actas del Congreso, en la prensa de la época, las obras de Azaña, las obras de Bolletin, y los  libros de la propia izquierda recién acabada la guerra escritas desde el exilio, en todo esto hay más verdad que mucha literatura actual.
Aquí queda hecha mi propuesta.
P.D.: sabe la juventud por ejemplo ¿qué papel jugó en la transición este o aquel partido? ¿ Y en la dictadura?¿Por qué hoy gozamos de una Democracia y cómo se consiguió?¿Quiénes la hicieron posible cuando llegaron los partidos después de cuarenta años de Franquismo? Para llegar a todo esto es preciso conocer la base.

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